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“Me gusta pensar que caminamos hacia un mundo donde se valoren los intangibles de las empresas”, Josep Roca

La Fundació Factor Humà ha celebrado la octava edición de su Encuentro Anual de Máximos Representantes en el vestíbulo del Teatre Nacional de Catalunya (Barcelona) ante unos sesenta directivos y directivas.

Se trata de un espacio anual de conversación al cual acuden representantes de las 67 organizaciones que forman parte de la Fundació, como por ejemplo el Ayuntamiento de Hospitalet, Cellnex, Fundación DKV Integralia, everis, FGC, Fundación Bancaria “la Caixa”, Generalitat de Catalunya, Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, MC Mutual, Moventia, Savia, Sudara Cooperativa, Universitat Oberta de Catalunya y Universitat Pompeu Fabra, entre otras. Una de las novedades de esta edición ha sido que han asistido no solo los directores generales de las empresas asociadas sino también sus responsables de Recursos Humanos. El objetivo del cambio es crear un espacio de conversación transversal para aumentar la capacidad de influencia de la función de Personas y, a la vez, promover organizaciones con un liderazgo más humano y ético.

Cada año asiste a la velada el máximo responsable de la empresa galardonada con el Premio Factor Humà Mercè Sala. Josep Roca, camarero de vinos y empresario de El Celler de Can Roca, considerado en dos ocasiones el mejor restaurante del mundo y reconocido con tres estrellas Michelin, ha sido el protagonista del 8º Encuentro Anual de Máximos Representantes, puesto que fue la entidad galardonada el pasado mes de mayo.

Al inicio de la velada, Juliana Vilert, presidenta de la Fundació Factor Humà, y Mònica Campos, directora ejecutiva del TNC, han sido las encargadas de dar la bienvenida a las personas asistentes. Acto seguido, Toni Espinal, miembro del jurado del Premio Factor Humà Mercè Sala y ganador de la anterior edición, ha desgranado los motivos por los cuales El Celler de Can Roca fue premiado. Ha señalado que “en el Celler todo tiene un sentido, nada es superfluo. Apuestan por hacer una revolución humanista desde la humildad. En un sector donde todo es muy competitivo, no le falta el trato humano”. Espinal también ha destacado que “el proyecto tiene magia, la magia del placer culinario y la de comunicar los valores”.

“La revolución humanista” ha sido el título de la conferencia de Josep Roca, en la cual ha explicado que aquello que piden a su equipo “es actitud, no aptitud. La vida va mucho más allá de los títulos y de los diplomas, por eso, cuando hacemos la selección de personal nos interesamos por parámetros poco convencionales: si tienes hermanos mayores o pequeños, si tienes mascotas, cuál ha sido tu día más feliz trabajando en un restaurante o, por el contrario, el peor momento que has vivido en una empresa, etc. En una sociedad que va hiperacelerada, queremos tener la oportunidad de ofrecer una mirada diferente”.

El cofundador de El Celler de Can Roca ha añadido que “estamos dentro de la revolución humana: preguntar lo que sientes, más que lo que crees. Hemos tenido la suerte de ser dos veces el número 1, y con estos rankings te das cuenta de la banalidad del éxito. El éxito ‘embauca’ y crea inmovilismo creativo”.

El sector de la hostelería es conocido porque requiere de muchas horas de trabajo. Pero en El Celler de Can Roca apuestan porque sus trabajadores y trabajadoras compaginen la vida laboral y la personal. Por eso, a diferencia otros, han ampliado la plantilla y ofrecen dos turnos diarios de trabajo. Además, cierran expresamente los martes al mediodía para escuchar a las personas colaboradoras y para formarlas. “A veces, facturar menos te puede hacer sentir mejor. Me gusta pensar que andamos hacia un mundo donde se valoren los intangibles de las empresas”, ha reconocido Roca.

Jordi Goula profundiza en una historia de éxito

En el transcurso del encuentro, y a partir de las reflexiones del discurso de Josep Roca, se ha abierto un debate entre las personas presentes que ha sido conducido por el periodista y economista Jordi Goula. En su intervención, Goula ha recordado la primera vez que fue al Celler: “eran los años ochenta y dos personas importantes de Girona me dijeron que me llevarían a un lugar donde me chuparía los dedos. Estábamos en una mesita pequeña, y lo que comimos fue espectacular. Entonces, tuvimos claro que llegarían muy alto”. Para él, el éxito del negocio recae en cuatro pilares fundamentales: “la humildad, la responsabilidad, la ética y la autenticidad”.

Entre los temas abordados en el debate han destacado el papel de las mujeres en El Celler de Can Roca, la presión que supone ser uno de los mejores restaurantes del mundo o cuáles son los objetivos que tienen de cara a un futuro próximo. El reconocido camarero de vinos ha revelado que “en Can Roca, las mujeres son imprescindibles. Hay un gran esfuerzo de comprensión, acompañamiento y sacrificio. Parte del mérito es de ellas, que trabajan y no siempre salen en las fotos. Pero las sentimos importantes en el éxito de hoy”.


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