El fenómeno de la globalización, sin el cual ya no entenderíamos nuestra sociedad, ha contribuido a convertir nuestras ciudades en un puzle de razas, culturas y colores que buscan su equilibrio en una realidad que no siempre se muestra receptiva a lo diferente. La economía global, propiciada por la revolución de Internet y las nuevas tecnologías, ha conseguido que el mundo esté más conectado que nunca en su diversidad, rompiendo fronteras, compartiendo tendencias, abriendo mercados y favoreciendo un sinfín de oportunidades profesionales para aquellos que no se cierran la puerta a la movilidad geográfica.
La sociedad de hoy es multicultural y diversa, y las empresas y organizaciones deberían ser, cada vez más, un calco de esa diversidad. Sin embargo, no todas las compañías son fiel reflejo de esa realidad. Empezando por la batalla por conseguir la equiparación salarial entre hombres y mujeres y la presencia femenina en los puestos directivos, y continuando por la contratación de personas con diversidad funcional, por la no discriminación por motivos de raza, clase social, aspecto físico, condición sexual e, incluso, de edad.
En un entorno laboral ideal, lo que debería primar a la hora de tomar decisiones de contratación son las competencias y las capacidades, las habilidades y las destrezas, las actitudes y las aptitudes. En definitiva, el talento como esencia principal, por encima de la “carcasa” que lo rodea, libre de prejuicios y de condiciones.
Esto, por suerte, es algo que predomina cada vez más en las startups, empresas innovadoras de base tecnológica nacidas al calor de la nueva economía. Muchas de ellas son globales, su internacionalización las ha llevado a estar presentes en diferentes países, y por tanto aceptan la multiculturalidad y la diversidad como algo natural, intrínseco a su propia esencia. De hecho, diversos estudios sobre la diversidad en entornos profesionales sostienen que ésta es clave para incentivar los procesos de innovación en las empresas.
Los expertos aseguran que, a mayor diversidad en el entorno profesional se obtiene una mayor riqueza de perspectivas y de creatividad a la hora de abordar los problemas y las diferentes situaciones profesionales. Además, los candidatos multiculturales tienen generalmente un elevado concepto del respeto por las ideas de los demás, se adaptan fácilmente a las circunstancias y pueden colaborar con una amplia variedad de personas.
Lingokids, inglés para niños sin fronteras
Un ejemplo de startup multicultural es Lingokids, nacida en 2016 como la primera plataforma online especializada en el aprendizaje de inglés para niños de 2 a 8 años. Tres años después, está presente en más de 190 países y cuenta con más de 10 millones de familias usuarias de su aplicación. Su plantilla actual está compuesta por 57 empleados de 17 nacionalidades diferentes y edades comprendidas entre los 22 y los 48 años. Además, tiene un 60% de presencia femenina en el comité de dirección.
Tabita Luis, head of People and Culture de la compañía, asegura que los principales aspectos que tienen en cuenta a la hora de contratar a sus profesionales, aparte de cumplir los requerimientos técnicos del puesto en cuestión, son “que sean capaces, que tengan interés por trabajar con objetivos claros y total autonomía para aportar valor desde su experiencia, que sean personas abiertas y transparentes y que tengan total afinidad con nuestros valores y nuestra forma de trabajar”.
A la hora de gestionar un equipo de estas características, sostiene que la multiculturalidad es un reto, sobre todo en lo que se refiere a la comunicación, pero que ofrece increíbles ventajas: “La diversidad del equipo se refleja en el producto y ayuda a responder de igual modo a las necesidades tan diversas de los clientes. Por otro lado, la innovación sólo es posible en un equipo diverso; no sólo en cuanto a nacionalidad, sino también en cuanto a género, edad, trayectorias… Raro es que algo innovador salga de una sala donde todas las personas piensan igual y se reafirmen las unas a las otras en una misma idea”, apunta.
Ontruck, la gestión inteligente del transporte
Otra empresa que abandera la multiculturalidad es Ontruck, creada también en 2016 como una startup que pretendía revolucionar el sector del transporte de mercancías por carretera, y que hoy día se ha convertido en una compañía de referencia que presta servicio a algunos de los principales operadores logísticos a nivel global. En la actualidad su equipo, repartido entre sus oficinas de Madrid, Londres y París, consta de más de 160 personas de 22 nacionalidades diferentes con edades comprendidas entre los 22 y los 56 años.
Para esta compañía la clave está en la especialización: buscan a profesionales con un profundo conocimiento del sector y a expertos en las tecnologías más innovadoras, sin importarles su condición. Según explica María Beneite, head of People de Ontruck, “contratamos personas con talento, apasionadas por lo que hacen, con ganas de unirse a esta aventura y cambiar las reglas del juego del transporte de mercancías por carretera. Valoramos especialmente la experiencia y el conocimiento, el sentido de la responsabilidad, el trabajo en equipo y el estar siempre orientados a resultados”.
Para acometer el reto de la adaptación de este equipo diverso, con gran mezcla de idiomas y rasgos culturales diferentes, su estrategia, explica Beneite, es “crear una cultura de empresa diversa e inclusiva en la que todo el mundo se sienta cómodo siendo ellos mismos. Para ello, desarrollamos iniciativas con las que personas de diferentes países pueden encontrar aficiones y puntos de interés comunes, creándose así relaciones estrechas entre diferentes nacionalidades”.
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