“Hoy no quiero ir a trabajar”. Esto es algo que todos los trabajadores han pensado en algún momento de su trayectoria laboral. Sin embargo, esta afirmación se convierte en alarmante cuando pasa a ser una realidad. Aunque es difícil cuantificar con exactitud el absentismo en nuestro país, se estima que en 2018 se perdieron, cada mes, más de 100 millones de horas de trabajo. Lo que equivale a decir que hubo 753.000 asalariados que no trabajaron en todo el año, según cifras del VIII informe sobre absentismo de Adecco.
La desmotivación, unida a otros factores como el estrés en el trabajo son algunas de las razones por las que los equipos de RRHH tienen que lidiar con cada vez más bajas laborales voluntarias, es decir, cuando un empleado decide salir por su propio pie de su puesto aún con el riesgo de volver a empezar de cero con la búsqueda de empleo.
Conscientes de esta inestabilidad en las plantillas y la dificultad de las empresas para retener talento, IMF Business School ha analizado 3 aspectos clave a tener en cuenta por los departamentos de RRHH:
• Los primeros meses son claves. Simon Kinek, autor de varios libros sobre la relación entre trabajadores y empresas, afirma que un empleado debe esperar más de 6 meses en un puesto antes de dimitir. No se trata de una cifra al azar, ya que medio año es el tiempo que suele necesitar un trabajador para acostumbrarse a su nuevo oficio. Por ello, es fundamental que las empresas faciliten su integración en todo lo posible para evitar futuras fugas.
• El “burnout” es el principal enemigo. 6 de cada 10 trabajadores españoles sufrirán estrés laboral o “burnout” al reincorporarse a sus puestos después de estas vacaciones, tal y como calcula Bizneo HR. Además, sentirse totalmente quemado en la oficina es un factor de riesgo para que los empleados tomen decisiones precipitadas como la dimisión, según destaca un estudio publicado en la revista Psychological Bulletin. Establecer jornadas intensivas en ciertos días de la semana u ofrecer la posibilidad de teletrabajar puede ayudar a aumentar la motivación de los empleados.
• Hay trabajos más estresantes que otros. El estrés y la constante amenaza de las fugas de talento amenaza a todos los sectores, pero hay oficios que se ven más afectados. En este sentido, el último informe anual Jobs Rated de CareerCast señala al personal militar, a los bomberos y a los pilotos de aerolínea como los trabajadores que más estrés sufren. Aunque en el top 10 también se cuelan oficios menos peligrosos como los reporteros, los coordinadores de eventos y los taxistas.
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