Especialistas de FUNDACIÓN JUAN XXIII RONCALLI, que lleva más de 50 años trabajando por la inclusión sociolaboral de personas con discapacidad intelectual, han sido los responsables del diseño e implementación del huerto siguiendo criterios de sostenibilidad y accesibilidad, dando trabajo en el proceso a cuatro personas con discapacidad intelectual. Un espacio, el huerto urbano más grande de España en complejos empresariales, que además emplea de manera permanente a dos trabajadores con discapacidad intelectual en su explotación y mantenimiento, a quienes se suma el liderazgo por parte de dos ingenieras agrónomas de la Fundación como responsables especialista de agricultura ecológica.
“Con esta iniciativa buscamos dar un paso más en nuestra firme apuesta por hacer que nuestros activos sean lo más sostenible posible y generar un sentimiento de pertenencia al edificio, al tiempo que reforzamos nuestro compromiso con la sociedad con una iniciativa que tiene un fuerte impacto social”, explica Javier Zarrabeitia, director de Oficinas de MERLIN Properties.
Situado en el Parque Empresarial de La Moraleja, en Avenida de Europa de Madrid, donde trabajan alrededor de mil personas, cuenta con un total de 180 m2 cultivados con criterios de producción ecológica. En función de la época del año y siguiendo los ciclos naturales, se plantan y recolectan verduras y hortalizas, como tomates, cebollas, col o brócoli; frutas como fresas, melón o sandía y también hierbas aromáticas, como menta, tomillo o salvia. Este proyecto se desarrolla en el marco de la iniciativa Merlin Hub, un ambicioso conjunto de servicios de movilidad, sostenibilidad, tecnología, conectividad y comunidad que MERLIN Properties desarrolla con CBRE, consultora inmobiliaria líder especialista en soluciones de sostenibilidad.
Luis Cabrera, Responsable de Energía y Sostenibilidad de CBRE España, ha declarado que “El equipo de Sostenibilidad de CBRE ha trabajado durante más de 1 año junto con el equipo de FUNDACION JUAN XXIII RONCALLI para diseñar una solución de agricultura urbana que, además de cumplir con el objetivo prioritario de integrar a personas con discapacidad, funcione desde el punto de vista corporativo. En este sentido se ha conseguido desarrollar un proyecto de auténtica economía circular donde se integran los intereses de los ocupantes dando valor a Merlin y favoreciendo el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. Sin duda, este proyecto va a ser una referencia dentro de las nuevas tendencias de agricultura urbana y economía social”.
Este servicio de huertos urbanos de FUNDACIÓN JUAN XXIII RONCALLI responde a un modelo de proyecto participativo donde los trabajadores de los entornos corporativos se “apropian” del huerto: consumen la fruta y verdura que el huerto produce y pueden colaborar activamente en su mantenimiento y desarrollo, compartiendo además tiempo de calidad con los profesionales con discapacidad de la Fundación. El huerto se convierte así en un espacio vivo compartido, colaborativo y cercano en torno al que se desarrollan todo tipo de actividades, eventos, jornadas y talleres que contribuyen a un mayor conocimiento ambiental sobre los productos de temporada y los ciclos productivos, fomenta el consumo responsable y los hábitos de alimentación saludables, facilitan el networking entre trabajadores de diferentes áreas o compañías y promueve la conciencia social de ser, además, un espacio inclusivo.
FUNDACIÓN JUAN XXIII RONCALLI, en su misión de generar empleo de calidad para personas con discapacidad intelectual, ofrece este servicio de huertos para empresas en una apuesta por la sostenibilidad y la producción ecológica en el marco de un nuevo e innovador sector en auge. Siempre a la vanguardia de las nuevas tendencias, y asegurando el éxito de este servicio, la Fundación cuenta con formación sobre agricultura ecológica y centros de jardinería en entornos urbanos para los alumnos con discapacidad intelectual y/o enfermedad mental de su Centro de Formación para el Empleo, referente a nivel estatal.
“Creemos que desde una formación técnica especializada y con proyectos innovadores y de futuro como éste, es posible reducir la actual brecha social y laboral que afecta especialmente a los trabajadores con discapacidad intelectual. El creciente interés de las empresas por este tipo de proyectos aporta los múltiples beneficios del contacto con la naturaleza y con la discapacidad en el propio entorno de trabajo y, al mismo tiempo, contribuye a la generación de empleo innovador, inclusivo, sostenible y de calidad en un entorno normalizado”, ha declarado Rocío Alonso, Directora de Innovación de FUNDACIÓN JUAN XXIII RONCALLI.
Empresas como VASS, dentro del Parque Empresarial de La Moraleja, aquellas del Parque Empresarial Vía Norte donde este año 2019 la Fundación ha puesto en marcha otro huerto, o Mahou San Miguel, en cuya terraza de sus oficinas centrales de Madrid arrancó el pasado año una iniciativa similar, ya conocen y disfrutan de los beneficios de este servicio, que está comenzando a transformar el concepto de sostenibilidad de las empresas y haciéndose un hueco dentro de sus estrategias de Responsabilidad Social Empresarial.
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