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Nueva gestión de los despachos: personas, tecnología y gestión

En Grupo Atisa, recientemente, hemos lanzado una nueva firma de despachos de abogados: Alier Abogados. Como es habitual en todo lanzamiento de nueva línea de negocio, previamente se analizan pros, contras, el mercado y se realiza un plan de negocio. Hasta aquí nada nuevo.

Al finalizar el análisis del mercado del sector de los despachos de abogados de tamaño medio en España, y he aquí la novedad para nosotros, nos sorprendió encontrarnos con tres características comunes en la mayoría de ellos. En primer lugar, el sector no pone en el centro a las personas que en él desarrollan su profesión; el talento desde su selección a su retención no es algo en lo que se invierta con determinación, como si se hace en otros sectores.

En segundo lugar, todavía muchos de ellos no han dado el salto digital como eje vertebrador de la gestión de los procesos y el servicio al Cliente, de forma que agilice procesos y rentabilice tiempos, pero sobre todo que de valor añadido al Cliente.

Jorge Molinero, Consejero Delegado de Alier Abogados y del Grupo Atisa.

Y en tercer lugar, la falta de un plan de desarrollo o estrategia marcada con un plan específico de seguimiento y corrección de la estrategia. Nuestro análisis, arroja que muchos de los despachos de tamaño medio, crecen o no, de forma no controlada, e incluso que sus áreas de actuación en ocasiones son elegidas por casualidades más que por análisis.

Estos tres aspectos: personas, tecnología y estrategia, que, si son básicos y esenciales para otros sectores, e incluso ya han dejado de ser elementos diferenciadores, para ser, simplemente imprescindibles para sobrevivir, no los son tanto en el mundo de los servicios jurídicos, por lo menos por el momento.

Es por lo que en Grupo Atisa, cuando nos planteamos lanzar una nueva firma de despacho de abogados, basada en nuestra experiencia en el asesoramiento legal en el mundo de la consultoría, decidimos apostar indubitadamente por los tres aspectos, como aspectos diferenciadores, pero además apostando en todo momento, en que los tres pilares estuvieran al servicio de una mejora para el Cliente.

Empezando por las personas, Alier nace con un marcado carácter pro-personas, apostando por una gestión de las personas muy diferente a la mayoría de los despachos de tamaño similar. No sólo el aspecto salarial, que es importante, y además hay que lograr posicionarse en mercado también por ello, pero cada día más, es igual de importante la selección y retención del talento con políticas de recursos humanos flexibles, claras y actuales, que incluyan conciliación familiar, horarios flexibles, gestión personal del tiempo, corresponsabilidad en la gestión, movilidad, y por su puesto gestión por objetivos, al contrario de la política de dedicar horas sin límite y sin tener claro por y para qué se hacen determinadas cosas.

El segundo aspecto que hemos analizado del que adolece el sector es del uso de la tecnología. En Alier tenemos el firme propósito de apostar por la tecnología, pero no sólo como un uso de herramientas de forma paralela a los procesos del negocio. La tecnología debe facilitar el trabajo, sin duda, pero por encima de todo debe ser eje del negocio, la comunicación y de la gestión del Cliente dando más valor añadido.

La tecnología debe estar incursa en el mismo proceso de producción, gestión y comunicación con el Cliente, facilitando el seguimiento del proceso al letrado, pero sobre todo aportando mayor valor añadido desde el inicio de la relación, poniendo a disposición del Cliente la posibilidad de, en cualquier momento, conocer el estado de sus procedimientos sin necesidad de localizar al letrado, o tener a su disposición toda la documentación relativa a cada uno, así como fechas relevantes o plantear y revisar todas las cuestiones necesarias en el momento que cada una de las partes necesite, sin atender a agendas o lugares.

Por último, el tercer pilar que desde Alier consideramos fundamental para alcanzar los objetivos que nos hemos propuesto es tener una estrategia clara y un seguimiento de esta que facilite a la mayor brevedad posible las correcciones necesarias. Es evidente que para alcanzar correctamente un objetivo conviene tener una estrategia, pero la realidad es que no es algo tan común en el sector de los servicios jurídicos, entre otras cosas, porque directamente no existe objetivo del negocio y de existir, no es habitual que la estrategia cuente con presupuesto y personas dedicadas a ella. De nada sirve pintar la estrategia en un documento si no tiene dotación presupuestaria y personas dedicadas.

Es extraño que un despacho de tamaño medio cuente con un objetivo claro, pero mucho más difícil es que disponga de un plan de marketing que ayude a alcanzarlo. La inversión en marketing, quizá por la historia del sector en el que estaba prohibido la publicidad, hoy en día es más que necesario. Pero además no debe ser un marketing al uso, desde Alier queremos apostar por un marketing, que en sí mismo sea un valor añadido para el Cliente, que la propia difusión de la firma de valor a través de los contenidos de calidad.

Pero también hemos visto que no todo es falta de planificación en el sector, en el análisis previo hemos observado una evolución, que nosotros valoramos como muy positiva, por la que se está modificando la forma de facturar al Cliente, pasando de la facturación por horas, a un presupuesto previo cerrado o una facturación por igualas que evite los “sustos” y las grandes facturas finales. Estas son el tipo de evoluciones que dan valor añadido al Cliente y por las que en Alier vamos a apostar, siempre dentro del marco de una estrategia clara de crecimiento y de aportar valor al mundo de los servicios jurídicos.

En resumen, los tres pilares: personas, tecnología y estrategia, los ponemos al servicio de una máxima habitual en Grupo Atisa y ahora en Alier, que es, que nuestro trabajo redunde en dar más valor añadido a nuestros Clientes, haciendo girar todas las acciones de estrategia en mejorar la experiencia del Cliente y su satisfacción. De nada sirve acometer cualquier cambio, o inversión, si en el objetivo de ese cambio no está como referente la mejora para el Cliente.


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