Es uno de los “virus” que se propaga con mayor rapidez por fábricas y oficinas. Afecta a todos las industrias por igual y si no se detiene a tiempo puede desmoronar equipos, provocar salidas múltiples y condicionar el crecimiento. La falta de entusiasmo de los trabajadores es un dolor de cabeza habitual entre quienes gestionan personas. Sin embargo, la solución parece ser más sencilla de lo que pensamos.
La ilusión del primer día, las ganas de comerse el mundo y de avanzar. Son las mariposas en el estómago que todos hemos sentido alguna vez al enfrentarnos a un nuevo empleo. No obstante, como en el amor, esta sensación puede evaporarse con el tiempo, por lo que son necesarios estímulos motivadores.
La falta de compromiso y la desmotivación de los empleados presentan una oportunidad para aquellas empresas que innoven desde la gestión del talento
La cura para el desencanto
Aquellos que pierden la sintonía con su trabajo se acomodan en la rutina sin ir más allá y, en casos extremos, llegan tarde o se ausentan con mayor frecuencia, ponen excusas para evitar encuentros fuera del trabajo o reciben mal los cambios. Son situaciones que podemos evitar cuando construimos relaciones sólidas con las personas.
Muchos profesionales reconocen que no se entregan o involucran en sus trabajos por la falta de conexión con la empresa y por el miedo a expresarse tal y como son
“La creación de una cultura positiva en la que se construyen espacios psicológicamente seguros promueve la creatividad, la actitud proactiva y mejora el rendimiento y la experiencia de clientes y proveedores”. Es la opinión de Alfonso Roig, experto en la detección de áreas de mejora en la gestión de personas. Un ambiente laboral labrado desde el respeto permite al colaborador ser uno mismo y mostrarse como tal ante los demás. El resultado es una plantilla diversa donde la tolerancia parte de la dirección para bajar en cascada por todas las áreas y alcanzar a la totalidad de los miembros del equipo.
Si hablamos de respeto debemos nombrar también la empatía y la flexibilidad. “Las empresas que demuestran un interés por la realidad de sus empleados y se adaptan a sus necesidades consiguen un incremento del compromiso y la productividad, además de aumentar su capacidad de retener y atraer trabajadores en un momento de escasez de talento”, añade Roig, Business Director de boost.
Una oportunidad de oro
La popularización de las reseñas en Internet ha alcanzado también al mercado laboral. Al igual que recomendamos un restaurante o un hotel podemos alzar o destronar la marca empleadora de una compañía. Portales como Glassdoor permiten evaluar la experiencia de los empleados, uno de los factores con más peso en la atracción de talento. Si echamos un vistazo a las últimas opiniones, la palabra más repetida es “ambiente”, por lo que los directivos más previsores se han puesto manos a la obra para construir una cultura humana y retadora, desarrollar a los perfiles relevantes y hacerles partícipes del cambio.
Ser los primeros de nuestro sector en alcanzar este estado de gracia produce un beneficio inmediato, el de la atracción y la retención del talento. Gestionar correctamente este avance nos proporcionará el mejor de los retornos: una reputación que alejará a nuestros competidores.
Los expertos aseguran que la conexión con el empleado es una ventaja competitiva
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