El ‘síndrome de la cabaña’ no existe: cinco consejos para que el estrés no vuelva a adueñarse de tu día a día en la nueva realidad
Estas semanas se ha hablado mucho del síndrome de la cabaña, o el miedo a salir de casa a volver a relacionarnos… ¿Por qué lo llaman “síndrome de la cabaña” cuando quieren decir “miedo a volver a una vida estresante”?, esa es la premisa del experto en bienestar aplicando el pensamiento cuántico, Veturián Arana, quien comparte una serie de consejos para conseguir que el estrés no vuelva a controlar tu vida.
Madrugón, atasco, larga jornada laboral, atasco nuevamente, tareas del hogar y, al día siguiente, vuelta a empezar. Más de uno se sentirá identificado con esta “diabólica” secuencia, la cual se tornaba en rutina hasta que, allá por el mes de marzo, llegó el coronavirus. De repente, todos nos metimos en casa, adaptamos nuestros ritmos a la nueva realidad y, ¡sorpresa!, descubrimos que no se estaba tan mal entre esas “cuatro paredes”.
Si bien es cierto que el confinamiento ha traído consigo una serie de restricciones de socialización, así como patologías y dolencias de carácter físico y psicológico, también nos ha revelado que otra realidad es posible. Se puede trabajar desde casa siendo igual (o más) productivo que en la oficina, es posible reunirnos virtualmente con nuestros jefes y compañeros y, lo más importante, se puede conciliar vida personal y profesional con sus respectivas ventajas a nivel emocional… y económico.
Entre esos beneficios se encuentra la notable reducción de estrés, en comparación con nuestras antiguas rutinas laborales. Para el experto en bienestar Veturián Arana, la reticencia de muchas personas a salir de casa o retomar su vida “normal” responde a «una necesidad de postergar nuestra vuelta a ese ritmo de vida tan frenético y enfermizo que teníamos justo antes de que llegara esta pandemia. En definitiva, no queremos que el estrés se vuelva a apoderar de nosotros y para ello debemos tomar medidas urgentes de carácter preventivo».
Y es que el estrés parece estar detrás de este “síndrome de la cabaña” que no se trata de ningún tipo de patología mental, sino de una «especie de mecanismo de defensa ante todo aquello de la sociedad que no nos hace bien y que reduce nuestra felicidad» afirma el especialista y creador del Método SAAMA.
Cinco consejos para que el estrés no vuelva a adueñarse de tu día a día
Veturián Arana ofrece a continuación 5 sencillas recomendaciones para que, por un lado, el tránsito entre confinamiento y desescalada sea lo menos traumático posible, y por otro evitemos que el estrés vuelva a convertirse en un miembro más de la familia.
1. Descansa lo suficiente y regálate un tiempo para desayunar
Uno de los principales potenciadores del estrés es un mal descanso o una deficiente calidad del sueño. La calidad y cantidad de sueño puede afectar a tu estado de ánimo, nivel de energía o nivel concentración durante el día siguiente.
Por otro lado, es fundamental que la mañana empiece con tiempo suficiente para activarnos antes de emprender la jornada laboral. Regálate un valioso tiempo para preparar y disfrutar del desayuno antes de acudir a tu puesto de trabajo.
2. Sal con suficiente antelación hacia el trabajo y aprovecha ese tiempo.
No salgas hacia el trabajo con el tiempo justo, evita en la medida de lo posible estresarte por cuestiones que no dependen de ti como atascos o retrasos del transporte público. De cualquiera de las formas, aprovecha el trayecto para distraer tu mente con buena música, escuchando las noticias (así evitar tener que dedicarle tiempo cuando llegues a la oficina) o, si viajas en tren o autobús, disfrutar de un buen libro.
3. ¿De vuelta en la oficina? No te preocupes, la clave está en saber organizarse.
Cuando regreses a tu oficina, ten muy en cuenta que llevas mucho tiempo lejos de ella, incluso más que durante un periodo habitual de vacaciones. Así que lo primero es organizarse y evitar que cunda el pánico. Lo mejor es dedicar el primer día a organizarte y repartirte las tareas, con el fin de ir cogiendo el ritmo de manera progresiva. Ya sabes… sin prisa pero sin pausa.
4. Convierte en “sagrado” tu tiempo de ocio.
Ya sea en solitario, con la familia o con esos amigos a los que tanto has echado de menos durante estos meses, te recomiendo que protejas tu tiempo libre para recargar ese depósito de amor y sociabilización que tan vacío estaba. Otra opción es practicar tus aficiones y hacer cosas que te gustan: ir al cine, pasear, practicar algún deporte, etc.
El ejercicio es clave a la hora de despertar nuestro cuerpo y ponerlo a tono. Además, tiene un efecto inmediato y positivo sobre las áreas del cerebro responsables de la memoria y la concentración.
5. Aprovecha los beneficios de la meditación.
La meditación puede ser tu gran aliada durante este proceso de vuelta a la rutina. Te permitirá enfocar la atención en una sola cosa, excluyendo todos los demás pensamientos negativos que puedan aparecer por tu mente. A menudo, es posible aliviar el estrés a través de la meditación, ya que al enfocarse en una sola cosa, es difícil preocuparse o enfocarse en otra preocupación.
Debemos, en definitiva, controlar el estrés para que este regreso a nuestras rutinas sea lo menos traumático posible, dando así el primer paso hacia ese cambio en nuestro estilo de vida que el confinamiento parece habernos mostrado.
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