El concepto del trabajo presencial, gran insignia de las empresas y compañías a lo largo de los años, comienza a quedarse cada vez más atrás. A una tendencia generalizada como es la deslocalización de los equipos se ha sumado la pandemia del coronavirus, que ha influido y acelerado de manera evidente a que esto sea así.
De igual modo, las empresas jóvenes y startups tienden a buscar una combinación del trabajo presencial y el teletrabajo, desarrollando el primero de ellos en espacios con cada vez más comodidades. Si además de la oficina uno puede tener acceso a salas de reuniones, cocina o bebidas como café recién hecho para poder disfrutar durante la jornada, mejor que mejor. Y en ese punto entre lo uno y lo otro se encuentra un lugar de convergencia que se hace realidad en forma de coworking.
Los coworking son espacios pensados para trabajar con la mentalidad del siglo XXI y con el dinamismo en mente. Se adaptan a las necesidades de las empresas o personas freelance, en lugar de ser al contrario, y dan todo tipo de opciones para que se pueda desarrollar la actividad laboral de la manera más eficiente posible.
Las reglas para elegir un buen coworking
En un contexto como el actual, los espacios de trabajo de este tipo comienzan a aumentar de manera considerable, siendo necesario seleccionar de manera cuidadosa aquellos que merece la pena considerar para hacer de ellos el espacio de trabajo.
Una tarea especialmente ardua si se busca un coworking barcelona o también en Madrid, ciudades donde estos, por la densidad poblacional y de negocio, encuentran una mayor base de clientes.
La comodidad de un espacio adaptado
Lo más relevante a la hora de elegir un coworking es que el espacio se encuentre adecuado a las necesidades particulares que cada empresa o particular tenga en un momento dado. La versatilidad es una de las características más demandadas en la actualidad, y este tipo de espacios ofrecen la posibilidad de disfrutar de un ambiente de trabajo que cumple con estas premisas.
Uno puede seleccionar el tipo de espacio que mejor se adapte a lo que necesita su proyecto en cada momento, ya sea una empresa de cierto tamaño, startup o un autónomo que busca un lugar ideal para desarrollar su actividad laboral fuera de casa. Allí se podrá llevar un monitor para conectar el ordenador, libros o cualquier otro recurso que uno necesite para su día a día, haciendo suyo el puesto de trabajo.
Los beneficios a los que se tiene acceso
Una de las partes más relevantes de los coworking es la cantidad de beneficios asociados que se obtienen al pagar la cuota de inscripción a uno de ellos. Esto va desde sofás o espacios de networking en los que seguir creando conexiones y contactos profesionales hasta las citadas bebidas para consumir a lo largo del día, la posibilidad de recibir paquetes en la oficina o lugares específicos para hablar por teléfono y que el flujo de trabajo de quienes están en la sala no se vea interrumpido.
La posibilidad de tener acceso a salas de reuniones privadas es también un aspecto valorado de manera muy positiva según qué actividad laboral se esté desempeñando. Con una suscripción a un coworking uno se asegura de disponer de un espacio adecuado y pulcro en el que recibir a sus clientes o potenciales clientes, dando un toque distintivo al encuentro.
Los extras y todo lo demás
Sumado a todo lo anterior se sitúan las características específicas de cada coworking, como el poder disponer de otro tipo de lugares para celebrar eventos, reuniones distendidas o celebraciones. Desde terrazas a locales en los que dar charlas, estos lugares de trabajo disponen de una gran red de contactos para poder hacer posible todo aquello relacionado con el aspecto laboral, desde lo más formal a lo más distendido.
Por qué un coworking
Elegir un coworking como espacio de trabajo es una decisión altamente personal, pero cada vez son más las personas que optan por hacer uso de uno de ellos en el día a día.
En el caso de los autónomos o freelance, es así porque en el hogar no siempre se dispone de un espacio en el que poder trabajar de la manera más adecuada. Contar con un ambiente tranquilo, con buena conexión a internet, una silla ergonómica y otros elementos característicos de una oficina no es posible en muchos casos. Un coworking, en cambio, ofrece eso y mucho más.
Por su parte, las empresas y startups encuentran en ellos espacios ya adecuados y preparados para poder trabajar en equipo con todas las facilidades, maximizando la productividad desde el primer momento y añadiendo, como se ha mencionado, una gran cantidad de beneficios adicionales por el camino.
Con diferentes opciones de suscripción y personalización, un coworking es, definitivamente, un espacio a considerar entre los diferentes perfiles laborales.
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