Los inversores internacionales ya han puesto visión de largo plazo en el inmobiliario español, especialmente en las zonas costeras que ofrecen un entorno tranquilo y de calidad para trabajar, y están tomando posiciones en el sector residencial de distintas áreas del litoral. Esta tendencia creciente supone una gran oportunidad para el sector que se prevé que avance en paralelo a la progresiva implantación del teletrabajo por parte de las empresas. Zonas como Sotogrande, Marbella o la urbanización más exclusiva de Europa, La Zagaleta, están siendo elegidas por ejecutivos de distintas multinacionales como áreas privilegiadas para trabajar y vivir.
CRECIMIENTO ECONÓMICO AL ALBUR DEL TELETRABAJO
Los inversores extranjeros demandan villas sostenibles, que utilicen elementos naturales como parte de la arquitectura, espacios delimitados para tareas profesionales, imponentes vistas al mar y que estén a la última en procesos automatizados.
ESPACIOS ÚNICOS Y SEGUROS
Espacios humanizados, con zonas delimitadas para reuniones o eventos virtuales o en persona, y diseños que inviten a la concentración y a la creatividad son algunas de las características que busca el cliente internacional, junto con elevadas prestaciones para el ocio personal y, por supuesto, con todos los elementos de seguridad y ciberseguridad integrados. Así lo explica Manuel Ruiz Moriche, director creativo de ARK Architects, para quien este nuevo teletrabajador apuesta por un «lujo sostenible propio del siglo XXI diferenciador, con sistemas tecnológicos de última generación, como automatización y control inteligente de toda la vivienda, altavoces invisibles e inteligentes, autorregulación de temperatura, detección por huella dactilar, iluminación inteligente, sistemas de seguridad y ciberseguridad, etc. De esta manera, teletrabajar, sentir el confort en su casa y poder disfrutar de un nivel de seguridad único, hace que el cliente se sienta en una Smart home totalmente real, con todas las comodidades y supliendo cada necesidad que pueda surgir a la hora de vivir, trabajar, descansar o divertirse y todo, sin renunciar a vivir en una villa sostenible y devolviendo así a la naturaleza un poco de lo que ella nos da».
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