El cambio es parte de nuestras vidas desde que somos pequeños: empezar en un nuevo colegio, la mudanza de un familiar a otro país con un idioma diferente, o nosotros mismos comenzando en una nueva ciudad para estudiar en la Universidad. Sin embargo, hay algunos cambios que provienen de situaciones complejas y se producen como consecuencia de una crisis en nuestra vida. No hace falta hacer un gran esfuerzo para recordar cómo la crisis económica que vivimos hace unos años cambió nuestra manera de comportarnos, invitándonos a vivir una normalidad un tanto diferente a la que conocíamos.

Por eso hoy sabemos que lo que estamos viviendo a raíz de la pandemia mundial de Covid-19 traerá nuevas prácticas, cuestionamientos e ideas que afectarán de una manera u otra a la manera que tenemos de hacer las cosas en general.

Y el mundo laboral no será ajeno a este cambio. Más allá de las mascarillas, distancias de seguridad y el gel desinfectante en cada esquina, esta pandemia nos ha forzado como sociedad a experimentar con el trabajo en remoto al 100% y a comprobar por nosotros mismos las ventajas y desventajas, más allá de los miles de artículos de opinión al respecto.

Según un estudio realizado por Adecco Group a 1000 empleados de diferentes países,  el 80% piensa que es importante implementar una mayor flexibilidad respecto a cómo y dónde puede trabajar el personal. Incluso en España, el Gobierno ha decidido establecer una ley para regular el teletrabajo, sabiendo que lo que en principio parecía una realidad temporal, se está convirtiendo en normalidad.

MODELOS MIXTOS

Todo esto nos lleva a preguntarnos ¿qué pasará con las oficinas? ¿Se volverán obsoletas? ¿Podremos trabajar dónde y cómo queramos?

Lo cierto es que mirando diferentes empresas, los modelos que se plantean son muy variados. Dependiendo del sector y de qué tanto dependen las operaciones de la presencia física de las personas, el debate respecto a la flexibilidad está más o menos presente. Por ejemplo, una empresa de cosmética y productos de gran consumo de origen extranjero pero con más de 2000 trabajadores en España, no puede aplicar un modelo de teletrabajo para sus empleados que trabajan en fabricación directa del producto; sin embargo, sí que está planteando un modelo híbrido en el que los trabajadores de otros departamentos podrán elegir trabajar remotamente hasta 2 días a la semana.

Por otro lado, en el sector de tecnología, hay quienes mantendrán el teletrabajo vinculado a la crisis sanitaria lo máximo posible, pero una vez esta pase, optarán por tener a sus trabajadores de vuelta en las oficinas. En contraposición, empresas como Fujitsu, Twitter o Slack apuestan por un modelo híbrido en el que primará el trabajo en remoto, con posibilidad de ir a las oficinas para quienes así lo quieran.

En el caso de Signaturit, continuaremos apostando por un modelo flexible, como lo venimos haciendo desde un principio. Sin embargo, hemos decidido motivar una mayor apertura respecto al trabajo en remoto, pues siendo que nuestra empresa está fundada para promover la digitalización y facilitación de procesos contractuales gracias a la firma electrónica, no podemos sino trasladar esa flexibilidad y agilidad a nuestros trabajadores.

La decisión deberá venir de cada empresa, respetando el bienestar de los trabajadores y teniendo en cuenta que las decisiones que se tomen tendrán siempre pros y contras, así como promotores y detractores.

PREGUNTAS PREVIAS

En todo caso, algunos factores a tomar en cuenta para encontrar la fórmula adecuada para cada realidad son:

  • La actividad económica de la empresa: ¿pueden mantenerse las dinámicas básicas de la empresa trabajando en remoto?
  • Qué implica desde la empresa el adaptarse culturalmente a esta nueva realidad (a nivel comunicación, dinámicas de equipo, beneficios, etc.). Hemos de tener en cuenta dentro de este punto:
    • Cómo puede la empresa apoyar (o respetar) la conciliación con la vida personal en ambos casos.
    • En la medida de lo posible, la opinión de los trabajadores.
  • Cómo se ve afectada la empresa a nivel financiero: qué gastos aumentan y cuáles disminuyen.

Si se tiene en cuenta estos factores será posible calibrar qué tan real será optar por un modelo u otro. Y el COVID-19 nos está ofreciendo un escenario perfecto para hacer pruebas sobre los modelos de trabajo que sean más beneficiosos para cada empresa, ajustando y corrigiendo errores hasta conseguir la mejor fórmula para todos. Pues como dijo Bruce Lee, “si pasas demasiado tiempo pensando sobre algo, nunca lo harás”.

Pia Borges de Sanctis, People Partner (HR BP) de Signaturit.

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