El mundo post-pandémico es un VUCA . La incertidumbre es la mayor preocupación de los profesionales de todo el mundo pero, a la vez, en las actuales circunstancias también supone una oportunidad para mejorar los entornos de trabajo, su desempeño y su propio futuro.
Contenido elaborado por ORH con datos del informe de HP “Evolución de la fuerza laboral”.
Además de afrontar un contexto de alta incertidumbre, los profesionales han de enfrentarse a las nuevas formas de trabajar que se han instalado de forma generalizada en las empresas y que, además, están llamadas a quedarse.
Los profesionales son conscientes de que ambas dimensiones definen la nueva normalidad y por eso, adaptarse a ese mundo híbrido se ha convertido en una de sus prioridades. En este sentido, hay tres áreas o necesidades que identifican como claves para poder desempeñarse con éxito en ellas, y que hacen referencia al quién, al qué y al cómo.
La inestabilidad laboral, primera dimensión de la llamada nueva normalidad, ha hecho mella en los profesionales, que se manifiestan mucho más preocupados por la seguridad de su empleo que antes de la pandemia. La reducción de la jornada laboral que muchos empleados han sufrido –casi el 50% de los trabajadores de oficinas europeos- y el hecho de que sea una situación que se prolonga en el tiempo –más del 20% aún no ha retomado la dinámica pre-pandémica contribuyen al incremento de esa preocupación, una preocupación que tiene su impacto en:
Pero lejos de sentirse intimidados y bloqueados, los profesionales de todo el mundo afrontan la situación con optimismo y, de manera mayoritaria, perciben la disrupción actual como una oportunidad para mejorar:
Poder mantenerse competitivo y estar mejor preparado para afrontar los retos que propone el nuevo escenario laboral exige formación continua y desarrollo de nuevas skills. Así lo corrobora un 71% de los profesionales españoles, que cree que, ahora más que nunca, es esencial aprender nuevas habilidades para seguir siendo competitivos.
¿En qué formarse?
En este sentido, la pandemia parece haber dejado un legado positivo en los profesionales, quienes aseguran haber aprovechado el tiempo para mejorar sus habilidades técnicas (64% de los profesionales españoles considera que esta pandemia les ha permitido perfeccionar sus habilidades técnicas).
1 de cada 2 trabajadores en todo el mundo siente que las nuevas formas de trabajar requieren un compendio de nuevas skills.
Sin embargo, lejos de conformarse con eso, 1 de cada 2 trabajadores en todo el mundo siente que las nuevas formas de trabajar requieren un compendio de nuevas skills, y en este sentido, manifiestan la necesidad de adquirir nuevas competencias, sobre todo digitales, pero también las conocidas como softkills. Y son especialmente los profesionales españoles e italianos quienes muestran un mayor interés por aprender nuevos conocimientos.
¿Para qué formarse?
Poder mantenerse competitivo y estar mejor preparado para afrontar los retos que propone el nuevo entorno laboral exige formarse de manera continua y adquirir nuevas competencias, y así lo corrobora un 71% de los profesionales españoles.
¿Quién forma?
Los empleados sienten que son sus empleadores los que deben proporcionarles la capacitación y recursos para adquirir y desarrollar las nuevas habilidades que requiere su puesto de trabajo. Sin embargo, existe un importante desequilibrio entre lo que consideran que debe ser y lo que realmente perciben:
1 de cada 5 no ha recibido ninguna formación u orientación de su empleador para ayudarle con la transición a la nueva forma de trabajar.
Casi 2 de cada 5 no siente que su compañía le haya proporcionado los recursos adecuados para aprender nuevas habilidades.
No obstante, esta realidad ha incrementado el empoderamiento de los empleados hacia su propia formación, y lejos de sentarse a esperar a sus compañías, han tomado la iniciativa y se están formando por su cuenta.
2 de cada 3 empleados de oficinas en todo el mundo tuvieron que compraro actualizar los dispositivos de su hogar para poder continuar operativos.
Pensar en modelos de trabajo en remoto o modelos de trabajo híbridos pasa por considerar la tecnología y las herramientas. La Covid-19 ha incrementado la toma de conciencia sobre la importancia que éstas tienen para un desempeño profesional óptimo, y tanto es así que 2 de cada 3 profesionales reconocen que la tecnología es hoy clave para poder hacer su trabajo.
Sin embargo, el que es el elemento obvio de la ecuación parece no haber estado al alcance de los trabajadores desde los primeros compases de la pandemia. La necesidad de pasar de la noche a la mañana a un entorno de trabajo en remoto cogió desprevenidas a muchas empresas, que no han sido capaces de proporcionarles a sus empleados el equipamiento y soporte necesario para migrar a esta nueva forma de trabajar. Y aunque 7 de cada 10 trabajadores españoles afirma sentirse ahora mejor equipado para realizar bien sus funciones, muchos de ellos reconocen no haber recibido ningún recurso que facilitara la transición al trabajo en remoto. Más en concreto, 2 de cada 3 empleados en todo el mundo tuvieron que comprar o actualizar los dispositivos de su hogar para poder continuar operativos.
Este escenario ha hecho valorar más por parte de los trabajadores el hecho de que la empresa facilite el acceso a las últimas tecnologías necesarias para hacer su trabajo, y 1 de cada 3 empleados asegura que será factor a tener en cuenta a la hora de elegir compañía para la que trabajar.