El año pasado el Covid irrumpió en nuestras vidas, dándole un giro de 180º a las mismas. Todo ha cambiado, la forma de aprender, más: la ha acelerado. Ahora, todo conocimiento «caduca muy pronto». La pandemia nos ha recordado que, por ejemplo, «aprender del futuro suena a contrasentido: cómo vas a aprender de algo que no ha pasado».
Entrevistamos a Javier Martínez Aldanondo, socio en Knowledge Works, quien hablará sobre «Aprender del futuro» en la ponencia que impartirá en FiAD, el primer foro iberoamericano de innovación en el aprendizaje y el desarrollo, que se celebrará entre el 1 y el 3 de junio de 2021. Martínez Aldanondo nos explica que en el «mundo de la formación de las empresas es dónde se plasman los aprendizajes, la formación te enseña lo que el ser humano ya sabe; eso está bien pero no es suficiente».
Para el socio de Knowledge Works, el problema de esta nueva forma de aprender reside en que estamos acostumbrados a que los cambios se produzcan en «entornos estables y predecibles» y, desde hace un año, «esos cambios son más rápidos que los anteriores y los que vendrán después serán todavía más rápidos», generando un impacto muy concreto: la caducidad casi inmediata del conocimiento. Antes, te podías permitir el lujo de aprender algo y explotar ese aprendizaje durante varios años; ahora, la «vigencia» de ese conocimiento es cada vez más corta, impidiendo que puedas «predecir lo que va a ocurrir: el futuro cada vez se parece menos a lo que ya pasó».
Estamos acostumbrados a pensar que el camino que seguimos es una proyección del camino que hemos recorrido; y lo que nos estamos encontrando es que el camino que sigue, de repente, nos sorprende más y ya no se parece a ese camino de antes
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