Las grandes tecnológicas entendieron muy pronto que la oficina tradicional, estática y jerarquizada limitaba su competitividad, y crearon entornos de trabajo disruptivos y altamente colaborativos y eficientes. Este nuevo modelo y sus múltiples variables se ha estructurado gracias a la metodología Agile, que ayuda a crear espacios de trabajo saludables, flexibles y colaborativos que promueven el bienestar e impulsan la creatividad.
 
«Agile. Guía de espacios y productos», editada por Actiu, ofrece inspiración para convertir las oficinas en un espacio que contribuya a la transformación de las empresas.
 
“Cada empresa tiene sus necesidades específicas– comenta Soledat Berbegal, Consejera y directora de marca de Actiu– , y en mayor o menor grado tienen que impulsar su faceta más innovadora para seguir siendo competitivas. Un espacio común bien diseñado, además de proteger la salud, debe favorecer los encuentros creativos, permitiendo la transmisión de ideas entre las personas y posibilitar momentos de desconexión entre tareas operativas que requieren concentración”. Para la directora de marca de Actiu, “muchas tareas administrativas y de gestión, podrán ser en remoto, pero co-crear, desarrollar un producto o servicio así como impulsar la creatividad de equipo requieren cierta presencialidad. Eso sí, cada vez se potenciarán más los proyectos y resultados, aportando responsabilidad, libertad y más confianza al usuario a través de metodologías como Agile”. 
Sobre todo ello gira el contenido de «Agile. Guía de espacios y productos» editada por Actiu que ofrece inspiración para convertir las oficinas en un espacio que contribuya a la transformación de las empresas. Como buen recoge en sus primeras páginas, las metodologías agile requieren de espacios y elementos dinámicos para favorecer tanto la productividad como el bienestar de las personas, que permitan a los empleados trabajar de una forma transversal, y les faciliten el acceso a la tecnología y las herramientas que necesitan.

Atracción del talento también en remoto
 
Las ideas y la creatividad son siempre la base de cualquier proyecto y las personas que conforman el equipo, el mayor activo. A estos factores hay que añadir los recursos necesarios para manifestar y poner en común su talento y, especialmente, un espacio confortable que estimule el ingenio y favorezca un trabajo en equipo desde las premisas de la salud y del bienestar. Los entornos de colaboración fomentan que las personas participen, que aporten y que se sientan escuchadas. En un momento en que la atracción y fidelización del talento es esencial, esos espacios no pueden ser fruto del azar.
Precisamente los últimos meses han demostrado que nuevos modelos de trabajo a distancia son posibles, pero también del papel determinante de la conexión, de la comunicación y de la socialización entre los miembros de un equipo. La relación personal genera confianza y lazos que no pueden sustituir las pantallas, pudiendo esos espacios creativos aportar ese valor intangible. Así lo indica un estudio realizado en 2020 por Actiu en el que el 77% de los encuestados afirmaba que la parte más negativa del teletrabajo era la pérdida de la socialización y de las relaciones personales. A través de una mentalidad flexible y un mobiliario versátil con elementos auxiliares que den respuesta a esos usos nuevos, es posible configurar un entorno de trabajo de manera sencilla y polivalente en cualquier entorno corporativo así como también en terceros espacios.