Actualmente estamos presenciando un entorno de mercado altamente competitivo en el que las empresas deben encontrar factores diferenciales que les permitan destacar con respecto a la competencia. En este sentido, la transformación digital está tomando un gran auge, puesto que permite una mayor visibilización de marca, así como una maximización del alcance de potenciales clientes.
Si bien el hecho de ostentar un sitio web supone un indudable punto a favor con respecto a aquellas empresas que operan de manera exclusivamente presencial, lo cierto es que Internet se conforma como un entorno árido en el que es preciso poner en marcha estrategias de posicionamiento web (SEO) para que la empresa no se pierda entre el sinfín de páginas existentes.
Estas estrategias de SEO se encuadran dentro del denominado marketing digital, el cual abarca toda acción dirigida a la promoción de una marca en Internet. Si bien vendría a ser lo mismo que el marketing convencional, cuenta con un valor añadido y es que debido a su desarrollo online permite un análisis de las métricas a corto plazo, lo que resulta muy útil de cara al refinamiento del plan de posicionamiento. Todo este proceso culmina en un posicionamiento de marca, de tal modo que las empresas logran convertirse en referentes dentro de su nicho de mercado en Internet.
¿En qué consiste el posicionamiento de marca?
El posicionamiento de marca es el resultado que se pretende mediante las técnicas de SEO. Debido a la digitalización del marketing este posicionamiento posee dos propósitos:
Propósito clásico: lograr que las personas recuerden el nombre de la marca y la asocien al nicho de mercado en el que se inserta. Por ejemplo, cuando se habla de móvil de alta gama se puede pensar en el iPhone 12 Pro, como último modelo de una marca que se ha posicionado como tecnología de lujo; sin embargo, habrá quienes piensen en su lugar en el Huawei P40 Pro, ya que esta marca ha trabajado su nombre desde dos perspectivas “móvil de alta gama” y “gran calidad-precio”.
Propósito en resultados de búsqueda: si bien en el marketing clásico la promoción se fomentaba mediante panfletos, publicidad en televisión y/o radio y a través de carteles, ahora lo que se busca es la promoción en Internet y para eso se trabajan el SEO y el SEM. La idea en ambos casos es que los motores de búsqueda indexen la página del sitio web de la empresa y como resultado esta aparezca entre los primeros resultados cada vez que potenciales clientes introduzcan en la barra de búsqueda uno o varios términos específicos, como podrían ser “coches” o, de manera más específica, “alquiler de lamborghini en marbella”.
Atendiendo a este último ejemplo, si se busca la fórmula “alquiler de lamborghini en marbella” se encontrarán en primer lugar los resultados correspondientes a anuncios de pago (estrategia SEM) mientras que si se baja se encontrarán los resultados numerados que se corresponderían con aquellas páginas que han trabajado la estrategia SEO. Esas empresas conforman el resultado de búsqueda porque se han posicionado con las palabras clave que se introdujeron en la barra de búsqueda.
Esto conduce a la siguiente cuestión, que sería cómo se posiciona una empresa mediante palabras clave.
¿Cómo se hace una estrategia de contenidos basada en palabras clave?
Para detectar potenciales palabras clave resulta necesario llevar a cabo un adecuado keyword research como el que se puede observar en un tutorial como este en el que se explican paso por paso las herramientas más óptimas para la búsqueda de palabras clave e incluso cómo integrarlas dentro del propio contenido de la página para que esta sea apta para SEO.
La idoneidad de estos términos se determina en base a un estudio previo de mercado, lo que implica valorar tres aspectos fundamentales:
Qué palabras clave utiliza la competencia: estas pueden dar pistas sobre términos específicos que deberían trabajarse o, incluso en el caso de nichos poco explotados, términos que nadie haya utilizado todavía.
Cuál es el contenido que se pretende posicionar: cada empresa oferta un producto o servicio específico y es importante que dentro de sus palabras clave esto quede bien reflejado. No tiene sentido que, por ejemplo, una tienda de electrodomésticos use etiquetas como “tienda de comestibles”. Los buscadores valoran la calidad del contenido y la satisfacción de los usuarios, por lo que toda aquella información que sus algoritmos detecten como engañosa corre el riesgo de ser penalizada.
Cuál es el target objetivo de clientes de la marca: resulta especialmente importante tener en cuenta las características sociodemográficas de los potenciales clientes, puesto que esto puede ayudar a la empresa a posicionarse dentro de búsquedas muy concretas. Por ejemplo, es probable que no muchas personas vayan a buscar un servicio de manicura en un municipio de pocos habitantes como Manzanares el Real, pero, a pesar de eso, definirse frente a los buscadores como “uñas de gel en manzanares el real” puede producir una mayor conversión pese al menor volumen de búsquedas, lo que da lugar a que las empresas que usen esas palabras clave tengan más ventas.
Teniendo todos estos aspectos en cuenta, es posible diseñar estrategias de posicionamiento a medida para cada empresa en base a su tipología y objetivos concretos. Esto incluiría no solo el SEO tanto en su vertiente On Page dentro del sitio web, como Off Page en lo relativo a la gestión de enlaces en páginas con dominios distintos que redireccionen hacia la página que se está posicionando, sino, además, a la inversión en Ads dentro de una estrategia complementaria de SEM e incluso la interacción en redes sociales como parte de la estrategia SMM. Logrando entonces el posicionamiento de la marca, será posible recoger los frutos de este proceso que no es otro sino la rentabilización de la empresa como proyecto online.
Posicionamiento de marca para empresas. ¿Qué se debe saber al respecto? – ORH
11/04/2021