El reino del algoritmo se acerca. A pesar de que aún se desenvuelve en una suerte de modo beta, lo cierto es que su progresión va a ser exponencial y apenas nos va a dar tiempo de sorprendernos de sus diferentes, innovadoras y disruptivas aplicaciones. No cabe duda de que la inteligencia artificial va a crear un nuevo contexto de competitividad para las empresas, pero necesita de un marco normativo que evite caer en “cajas negras” contrarias a los principios de igualdad y no discriminación.

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