Cada día es más evidente la precisión diagnóstica de la ley de Revans, según la cual «toda persona o organización necesita aprender, al menos, a la misma velocidad a la que se transforma su entorno, si quiere sobrevivir y debe hacerlo a mayor velocidad, si lo que quiere es progresar». Este evidente problema estructural se complica especialmente en un contexto como el actual, en el que se unen las consecuencias de la Covid con las de la gran digitalización, que ya estaba en marcha de manera implacable. Esas dos fuerzas confluyen para multiplicar la velocidad y la intensidad de la transformación, lo que dificulta que una gran cantidad de personas puedan adaptarse con garantías a las exigencias del conocimiento y habilidades, que el talento actual necesita.
Para Pablo Lobato, CEO de SmartMind: «Un problema de esa magnitud requiere una actuación que se aplique no solo en el ámbito profesional, sino que la estrategia debe dirigirse a toda la sociedad. En ese sentido, recientemente se ha aprobado el Plan Nacional de Competencias Digitales para responder a la necesidad de desarrollar los conocimientos y habilidades digitales tanto de los profesionales, como del conjunto de la ciudadanía, para eliminar o minimizar esas brechas de conocimiento que impiden a tantas personas acceder a empleos de calidad y, en general, impulsar un conocimiento que facilite el impulso del talento digital y la productividad de nuestras empresas».
Pero este objetivo de capacitar adecuadamente a cada persona es tremendamente complejo, ya que las necesidades de conocimiento son muy diferentes en cada caso, lo que exige un tratamiento bastante preciso, con un alto grado de personalización, para que estos planes obtengan buenos resultados.
Para ello, hemos diseñado un modelo basado en Inteligencia Artificial, que determina, con un alto grado de exactitud, las brechas de conocimiento o competencia digital de personas y organizaciones. Este análisis se refiere, en primer lugar, a las denominadas Competencias básicas para la vida y para el trabajo, agrupadas en cinco áreas que son: comunicación, manejo de información, transacción y resolución de problemas, seguridad y, por ultimo, creación de contenido
Garantizadas esas competencias digitales básicas, la actuación se dirige a 10 áreas de competencias digitales avanzadas, que sin duda garantizan a los profesionales su propio crecimiento, el de sus organizaciones y, por consiguiente, el avance de nuestra sociedad. Esos espacios y objetivos de desarrollo deben ser:
Conocimiento y mentalidad digital. Es fundamental entender que la respuesta, ante los retos que se nos presentan, debe ser prioritariamente digital.Ideación y pensamiento creativo. Es primordial potenciar la creatividad y la apertura con perspectivas, ideas o caminos realmente innovadores.
Agilidad. Uno de los hechos diferenciales, en el nuevo talento, es la capacidad para actuar de manera totalmente natural en entornos súper dinámicos, con metodologías ágiles.
Manejo de información y datos. En esta era del conocimiento y de la información constante, se necesita enfocar y sintetizar para seguir avanzando.
Comunicación digital. Casi todas las personas utilizan dispositivos y canales digitales, por ello el siguiente paso es garantizar un uso avanzado en entornos profesionales
Trabajo en red y equipos remotos. Las competencias que marcaron la diferencia al principio de la pandemia, fueron las que distinguían a las empresas que ya estaban digitalizadas y las que no. Los equipos deben relacionar y funcionar con total precisión también en la distancia.
Aprendizaje continuo. Es difícil entender y adaptarse a los intensos cambios que día a día se producen, sin una predisposición al aprendizaje constante.
Visión estratégica. Ser capaz de elevarse diariamente para encontrar mejores caminos para garantizar un futuro sostenible e innovador.
Liderazgo y nueva Cultura. En las circunstancias actuales, la cultura de la organización es la esencia que une todas las piezas y la ventana que permite a otros visualizar lo que somos.
Entendimiento de los canales y clientes digitales. Es difícil entender el futuro de cualquier proyecto que se desentienda de la conexión digital con el cliente, al menos en algún aspecto de los diferentes momentos de la interacción comercial.
La intensa transformación digital de la sociedad y de los entornos económicos ha convertido a las competencias digitales, en factores esencialmente necesarias para todos los profesionales que quieran avanzar en este nuevo ecosistema digital
Las brechas del conocimiento digital impiden el desarrollo profesional – ORH
04/03/2021