Está claro que el COVID-19 ha trastocado los planes de las empresas y, sin lugar a duda, está obligando a reinventarse y definir nuevos objetivos. Eso sí, con unos presupuestos más ajustados que, en ocasiones, están obligando a muchas compañías a tener que elegir y decidir a qué darle prioridad. ¿Hay que apostar por la continuidad del negocio? Sí, siempre. Pero… ¿cómo?
En estas circunstancias, se puede caer en la tentación de pensar que hay que sacrificar el bienestar del empleado a cambio de priorizar la calidad y dar un buen servicio al cliente, o al revés, sin caer en la cuenta de que ambos conceptos están intrínsecamente unidos. Peor aún, hay quien se plantea dejar de invertir en innovación a cambio de sobrevivir unos meses más. Está claro que buscan optimizar sus presupuestos, mejorar sus ratios de eficacia y eficiencia. Pero ¿logran así mejorar su competitividad? ¿Existen otros caminos para maximizar un presupuesto sin tener que sacrificar la experiencia del cliente, la atención al empleado o la I+D? ¿Es posible racionalizar el gasto y asegurar la sostenibilidad de la empresa y el negocio pensando no sólo en hoy, sino también en el mañana?
Hay un elemento clave que aúna todas esas posibilidades y no es otro que el outsourcing. Sectores como el energético, tecnológico, banca, administración pública, industrial o servicios son algunos de los que más emplean esta solución para generar valor a las empresas, reducir gastos, minimizar riesgos y disponer de flexibilidad, aumentando la eficiencia y productividad, siempre con personal cualificado para beneficio de su actividad y negocio.
Hay perfiles, como los vinculados a la transformación digital, tecnología, logística, distribución, experiencia cliente, que son actualmente los grandes dinamizadores de la externalización de servicios.
Además, en los últimos años, el sector se ha especializado y profesionalizado exponencialmente por lo que hoy contamos con empresas del sector del outsourcing que se han convertido en imprescindibles en las cuentas de resultados de las grandes compañías.
Las áreas más solicitadas
Independientemente del tamaño de la empresa, hay ciertas áreas susceptibles de una mayor externalización. El área de producción, que abarcaría servicios logísticos, reparto y distribución auxiliares a la industria y todo lo relacionado con informática y tecnología.
El área de administración, incluyendo todo aquello relacionado con control de accesos, recepción, back office, gestión financiera y contable y traducciones de documentos, son otras de las más externalizadas por las empresas.
Por último, cabría señalar todo lo asociado con el área comercial, como pueden ser los equipos comerciales, la promoción y el telemarketing.
Artículo escrito por Alicia Gracia Sebastián, Director & Founding Partner de Byperson.