La tecnología nos ha hecho la vida más fácil, llevadera y entretenida en muchos aspectos y por ello nos encanta. Pero a la vez, el exceso de dispositivos electrónicos, teléfonos móviles, tablets, ordenadores portátiles, smart tvs… nos han invadido haciéndonos perder la conexión con el disfrute básico de las cosas.
Lo cierto es que, igual que los niños, estamos aprendiendo sobre nuestros comportamientos en su uso por el camino, los límites aún no están claros y estos juguetes se apoderan fácilmente de nuestro tiempo convirtiéndose en una auténtica adicción y en un foco de estrés en sí mismo.
La era de la inmediatez nos hace olvidar los grandes beneficios del silencio, la calma y la actividad moderada de antaño, sensaciones que a veces solo obtenemos huyendo de la ciudad. El reto consiste en crear equilibrio y traer esos componentes de vuelta a nuestra vida cotidiana.
Aquí van algunas estrategias para regular el uso de la tecnología:
Teléfono lejos cuando comienzas y acabas el día
Si según abres los ojos por la mañana coges el móvil para ver si te han entrado correos, mensajes en tus chats, o necesitas comprobar qué ha pasado en las redes sociales, el problema es agudo.
Concédete el permiso de desconectar como mereces y apaga el teléfono cada noche al menos dos horas antes de ir a la cama. No emplees como excusa que necesitas poner la alarma, compra un despertador analógico y listo.
Por las mañanas, olvida el móvil hasta que salgas por la puerta de casa y disfruta de cada cosa que hagas, de la ducha, del tiempo con tus hijos si los tienes, del desayuno, de no andar con prisas y de todo eso a lo que no prestas atención habitualmente porque tu teléfono te la ha robado.
Desactiva las notificaciones del smartphone
Desaparecerán de tu vida todos esos bips, tins, dins que sin darte cuenta imprimen estrés a tu cerebro recordándole que tienes cincuenta mil cosas (casi siempre no importantes) que atender.
Las notificaciones que proceden de las redes sociales pueden ser realmente avasallantes, ¡esas fuera! Haz el ejercicio de escoger a conciencia aquellas que realmente aportan algo a tu día a día, como las apps que proponen que hagas ejercicio o prácticas de relajación.
Silencia tu móvil
Otra opción es determinar unas horas al día para silenciar el teléfono y darle un respiro a tu mente. Esto es especialmente útil cuando necesitas estar concentrado, sacar trabajo de escritorio adelante o tienes un pico de tensión.
Te ayudará a poner todatu atención en la tarea a realizar, eliminando distracciones y serenando el pensamiento.
Reconecta con la naturaleza
Los fines de semana manda todos tus dispositivos al garete y sal a la calle, da un paseo por el parque, vete al campo, a la playa, haz planes con amigos o familia… y básicamente recupera tu relación con los entornos naturales haciendo un descanso de la oficina, de la casa y de los espacios cerrados que tanto promueven el enganche a la tecnología.
Si quieres usar el teléfono como cámara de fotos ponlo en modo avión y disfruta. La madre naturaleza tiene un poder increíble sobre nosotros aliviando el estrés con elementos tan sencillos como inducirnos al ejercicio, abrir nuestro apetito y calmar la mente a través de sus paisajes y el aire limpio.
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