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La campaña #trabajoforzoso, que ha presentado la Guardia Civil, es una llamada a la ciudadanía para que denuncie la «esclavitud laboral» que existe en algunos casos en España, una «dura realidad» que se vive en sectores como el de la agricultura o la construcción, pero también en el doméstico.

Pero en este sector, el doméstico, la explotación laboral es mucho más difícil de investigar y de concretar, debido a que es un trabajo que se realiza en el interior de las viviendas.

Son palabras del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, durante la presentación de esta campaña contra la trata de seres humanos con fines de explotación laboral, con la que «se va a perseguir» a quienes no respeten los derechos laborales de todas las personas», porque su dignidad «es un elemento absolutamente inalienable».

Pretende mover conciencias ante delitos «tan siniestros y deplorables» como «el trabajo forzoso», situaciones -ha dicho el ministro- «execrables, muy próximas a la esclavitud».

Los «trabajos forzosos» se sufren en todo el mundo. Según ha recordado Grande Marlaska, la Organización Internacional del Trabajo estima que hay 16 millones de personas que los padecen en ámbitos de actividad tan diversos como el trabajo doméstico, la construcción o la agricultura, una cifra que asciende hasta los 25 millones si también se incluye la explotación sexual y la mendicidad forzada.

El 58 % de estas víctimas de trabajo forzoso, excluyendo la explotación sexual, son mujeres y niñas.

En 2018, la Guardia Civil ha practicado 732 inspecciones en lugares susceptibles de producirse explotación laboral, trabajo forzoso o trata de seres humanos y ha desarrollado 47 operaciones con 113 detenidos por delitos de trata de seres humanos y explotación laboral.

En España, la explotación sexual la sufren en más de un 90 % las mujeres y niñas, y la laboral se estima que en un 80 % los hombres y en un 20 % las mujeres, según han explicado los agentes que se dedican a trabajar para su erradicación, como el teniente coronel Luis Peláez y la comandante Alicia Vicente, que han estado en el acto junto a Mabel Lozano, la directora de esta campaña.

Ella fue testigo de una de las operaciones realizadas por estos agentes y le emocionó una escena: el de una víctima, una mujer nigeriana, que era rescatada por la Guardia Civil y que llevaba en sus brazos, como podía, una maleta más grande que ella.

Una agente, de corta estatura, le tendió la mano para ayudarla y la joven víctima pudo desprenderse de la cara de angustia que tenía desde el inicio de la operación. Fue entonces cuando comenzaron a caminar juntas, mientras la agente la tranquilizaba.

Posiblemente, la diría una cosa que deben saber las víctimas de trata y que ha recordado el teniente coronel: si demuestran su condición de víctimas de trata nunca pueden ser devueltas a su país.

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