Incorporar personas con discapacidad en la empresa tiene importantes beneficios a nivel económico y legal pero, además aporta beneficios a nuestros trabajadores creando una empresa más inclusiva y diversa.

Hoy, 3 de diciembre se celebra el Día Internacional de las Personas con Discapacidad. Este día sirve, en palabras de António Guterres, Secretario General de la ONU, para “reafirmar nuestro compromiso de trabajar juntos por un mundo mejor que sea inclusivo, equitativo y sostenible para todos, y en el que los derechos de las personas con discapacidad se hagan plenamente efectivos”. Esta ampliamente demostrado que, una vez eliminamos los obstáculos a la integración de las personas con discapacidad, estas pueden participar activa y productivamente en la vida social y económica de sus comunidades. Por todo ello, como parte de este proceso de integración, la inclusión en el mundo laboral se perfila como un elemento clave.

Cada vez es más frecuente que las empresas incorporen personas con discapacidad a sus plantillas. Esta inclusión, no solo procede de los beneficios a nivel económico y legal, sino del deseo de las empresas de mejorar su diversidad, clima laboral, responsabilidad social y reputación.

El empoderamiento como herramienta de inclusión

El lema de este año se centra en el empoderamiento de las personas con discapacidad para asegurar un desarrollo sostenible, inclusivo e igualitario y, de esta manera, cumplir con la Agenda 2030. Desde la Fundación GoodJob consideramos que la inserción laboral favorece la autonomía económica de la persona con discapacidad y su entorno familiar, la mejora de su autoestima, el sentimiento de pertenencia a la comunidad y, por consiguiente, su plena integración en la sociedad.

Para llegar a esto es necesario un cambio en la visión y en la forma de intervenir por parte de cada uno de los grupos de interés, incluyendo a las organizaciones de economía social. Esta visión pasa por un nuevo modelo que apueste por la integración de las personas con discapacidad en la empresa ordinaria, mediante los enclaves laborales como fórmula de colaboración prioritaria.  El éxito de este trabajo depende de varios factores clave: por una parte, el compromiso y la responsabilidad de las personas con discapacidad que participan en el proceso; por otra, la versatilidad las empresas ordinarias a la hora de abrir puestos para que puedan ser ocupados por personas con discapacidad y la orientación de sus políticas a la contratación versus excepcionalidad permanente; por último la implicación de las organizaciones de economía social como especialistas y la gestión personalizada que hagan de cada uno de los procesos.

En España, existen 3,5 millones de personas con algún tipo de discapacidad, lo que representa aproximadamente un 9% de la población. Algunas de estas discapacidades son congénitas y más del 70% son sobrevenidas como consecuencia de una enfermedad o un accidente.  Sin embargo, de los 1,7 millones de personas con discapacidad en edad laboral, tan solo el 23% está trabajando, el 11% está en situación de búsqueda de empleo y el 66% restante está inactivo.


Gran parte de las personas de este último grupo podrían pasar a ser activas y trabajar, si se dieran las condiciones adecuadas, consiguiendo una mayor independencia económica y mejorando su nivel de integración social. Por ello, debemos recordar aún más en este Día Internacional de las Personas con Discapacidad que, desde los recursos humanos, se puede realizar una importante labor para promover los derechos y el bienestar de las personas con discapacidad a través de su inclusión completa en el mercado laboral.


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