La crisis ha tergiversado nuestro modo de vida, nuestra manera de trabajar y de comportarnos en sociedad. Confinamiento, teletrabajo forzado, aislamiento, desempleo parcial, vida familiar desbaratada, rutina marcada por el miedo a contaminarse, son algunas de las situaciones que han aumentado los riesgos psicosociales, sobre todo para los empleados.
Los últimos estudios al respecto han confirmado un oscuro hallazgo: un 44% de los empleados franceses sufre estrés emocional debido al confinamiento.
Y nos disponemos a dar otro giro completo a nuestra rutina y enfrentarnos a la realidad de la vuelta a las oficinas. Pero esta realidad no es la normalidad que hemos idealizado antes de la crisis. Está impregnada del miedo a contagiarse y del estrés vivido estos últimos meses, o incluso, la frustración que nos produce perder algunas ventajas que nos ofrecía el teletrabajo.
Entonces, ¿cómo deben actuar las empresas? ¿Qué recursos y métodos necesitamos implementar para sostener la vuelta de los empleados?
Comprender y anticipar
Para poder anticipar correctamente, debemos entender lo que tenemos que evaluar, es decir, saber qué son los riesgos psicosociales. Definimos los “riesgos psicosociales” (o RPS), como los factores que atañen a la salud mental, física y social de los empleados en un contexto laboral, por ejemplo, el estrés, el malestar, pero también el acoso, el agotamiento profesional, e incluso la violencia en el trabajo.
Es necesario investigar el origen de estos problemas en las condiciones laborales, la organización de las tareas y las relaciones entre compañeros.
Los RPS son el resultado de la interacción de una persona con su entorno profesional. En función del contexto en que se mueve, una persona puede ser feliz, enérgica y sentirse realizada o, al contrario, decaída, estresada y desmotivada.
Si optáramos por realizar una evaluación de los RPS, habría que detenerse a examinar en primer lugar la percepción y las sensaciones experimentadas por la persona en situaciones reales, su manera de gestionar el estrés o el sentido que le da a su trabajo.
Durante estas últimas semanas, algunos pueden haber sufrido una pérdida de sentido, otros se han autocuestionado. Volcándose en actividades distintas a las habituales, algunos han descubierto y valorado nuevos ámbitos de interés.
Otros, conscientes del impacto que esta situación ha producido a nivel humano, se han cuestionado su propia utilidad, y han sentido la necesidad de dar a su vida un enfoque más solidario, y de sentirse útiles.
¿Por qué no aprovechamos el regreso a las oficinas para invitar a nuestros empleados a reflexionar detenidamente, ayudándoles a descubrir o recordar lo que tiene realmente sentido para ellos? Existen determinados recursos de autoevaluación que permiten identificar los entornos y actividades en los que nuestros empleados pueden sentirse más realizados, así como descubrir su propósito profesional. De forma totalmente voluntaria e incluso confidencial para los que no buscan asesoramiento, sus empleados pueden someterse a este test online (véase oferta MyLab de Central Test).
Detectar los riesgos
Se trata de comprender correctamente los RPS a los que se exponen sus empleados, identificándolos y midiéndolos. Sin saberlo, en su empresa tiene a su alcance una mina de información. En sus manos está el saber encontrarla para poder aprovecharla. Tiene que analizar dos tipos de indicadores: los que son mensurables, que pueden cuantificarse de forma objetiva, y los indicadores de percepción que afectan directamente las vivencias de los empleados, cuya medición es menos objetiva.
Entre los indicadores mensurables que atañen al funcionamiento de la empresa, la organización y las condiciones laborales, podemos mencionar la cantidad de horas trabajadas, el ausentismo, la remuneración, la rotación del personal, el rendimiento organizacional, los cambios importantes, etc.
Los indicadores de percepción de las vivencias de los empleados parecen más difíciles de medir, pero, sin embargo, revelan claramente la presencia de RPS.
Para agilizar sus procesos, Central Test facilita instrumentos que permiten analizar los RPS. Resultan útiles para medir los indicadores de percepción partiendo de los propios empleados, mediante encuestas internas, utilizando la video entrevista pregrabada o con cuestionarios de evaluación como e-STRESS. Esta herramienta mide 11 causas de malestar y de tensión psicosocial, como las relaciones con los compañeros y los jefes, el reconocimiento, la sobrecarga laboral, la inseguridad, las condiciones laborales. El test cuantifica la intensidad del estrés padecido por los empleados y sirve para alertar de los factores de riesgo que conviene corregir rápidamente. El informe del test propone medidas de actuación a poner en marcha en función de los factores críticos detectados.
Evidentemente, no existe ninguna receta milagrosa. Cada empresa es distinta y cada problema detectado debe gestionarse de una manera específica.
Comunicar y generar confianza
Aunque las empresas continúan teletrabajando, conviene empezar a planificar el regreso a las oficinas. Esto le permite reflexionar sobre las mejores maneras de hacerlo y transmite confianza a sus empleados, ayudándoles a prepararse, reduciendo el estrés que ello implica.
Es importante estar atento a las experiencias vividas por sus empleados en estos tiempos difíciles y resolver sus dudas de cara al “futuro”. Podemos preguntarles, concediéndoles un tiempo para reflexionar, acerca de los dos siguientes aspectos:
¿Cómo han transcurrido estas últimas semanas? ¿Qué vivencias positivas y negativas ha tenido? ¿Cuáles son sus expectativas con respecto a la reincorporación al trabajo?
Hablar de los problemas resulta liberador y ayudará a algunas personas a pasar página y olvidar el mal trago de este período. Para otras, representa una oportunidad para dar sentido a esta situación. Y usted tendrá la ocasión de recabar ideas respecto a las acciones a implementar, así como entender en qué condiciones volverán sus empleados. El hecho de prestarles atención les aportará serenidad y se sentirán escuchados y arropados.
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