En la Fundación Ergon realizan un primer análisis a la nueva estrategia de apoyo activo al empleo de 2021 a 2024 por parte del Gobierno con el objetivo de plasmar, en un documento, todas las iniciativas, políticas y planes incluidos tanto en la Estrategia Española de Activación para el Empleo (EEAE), como en los Planes Anuales de Política de Empleo (PAPE) y en el Sistema de Información de los Servicios Públicos de Empleo (SISPE). Todos ellos se configuran como el marco normativo para la coordinación y ejecución de las políticas de activación para el empleo en España.
Para Pau Hortal, Patrono de la Fundación Ergon, “la primera reflexión que cabria hacer a esta nueva estrategia, es si el entorno en el que se ha formulado, es el más adecuado. El riesgo de repetir errores del pasado y hacer poco más que cubrir el expediente son muy elevados”. Por otra parte, nos gustaría trasladar que, aunque se trate de “políticas públicas, en su elaboración no deberían únicamente participar representantes de este entorno, pues no parece que los interlocutores sociales que han participado en su elaboración, y que son jueces y parte, tengan la visión para representar al conjunto de los nuevos actores que ya están claramente posicionadas en nuestro mercado laboral”
Para Albert Cañigueral, miembro fundador de la Fundación, “en este momento no hay ningún interlocutor social, empresarial o político que tenga una idea clara, sobre el impacto que todo lo que está ocurriendo va a tener sobre el trabajo del futuro, y de la evolución del empleo derivada de la revolución tecnológica a la que estamos asistiendo”. Por lo que no parece muy procedente formular en este marco una estrategia que abarque hasta 2024.
Desde Fundación Ergon consideran que el primer desafío al que nos enfrentamos es ser capaces de dotarnos de la mejor capacidad de respuesta a los desafíos que amenazan a la empleabilidad en España, pero también se deben tener en cuenta otros factores como los planteados por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AiREF), que señala que los incentivos a la contratación no pueden sustituir a las reformas estructurales para combatir la temporalidad y el desempleo.
Por ello desde Fundación Ergon consideran que la reforma de las políticas activas debería de centrarse en:
El desarrollo de estrategias centradas en la “realidad” y no en lo que queremos que ella fuera. Y ello probablemente implica trabajar con claridad en criterios de segmentación y especialización y ser más coherentes en los planteamientos de la necesaria colaboración público/privada en la gestión de estas políticas.
Una revisión de las políticas de empleo que ha de pasar, entre otros ámbitos, por la reducción generalizada de los incentivos a la contratación y el establecimiento de criterios objetivos para la validación y evaluación de los resultados alcanzados.
La necesidad de definir programas y acciones de forma coordinada entre los distintos SPEs, lo que supone la reducción del intervencionismo político a la mínima expresión, así como el impulso al cambio cultural en todos los actores promoviendo la participación de todos ellos en las estrategias de futuro.
Y por último la adopción de medidas dirigidas a mejorar la percepción y el reconocimiento social sobre el conjunto del sistema, sus roles, criterios de actuación y resultados.